El origen de la enfermedad puede ser por la alteración del sangre, en el corazón o en los vasos sanguíneos.
Todos los infartos no son iguales, hay unos que producen la muerte, otros que dejan secuelas y otros que no. Esto depende del tiempo que este la arteria obstruida, del territorio vascular afectado y de la causa responsable.
Dependiendo del tiempo de evolución encontramos tres tipos:
- Accidente Isquémico Transitorio (T.I.A): pérdida de la función cerebral debida a isquemia, de comienzo brusco y momentáneo. Dura menos de 24 horas y no deja secuelas.
- Ictus en evolución: se presenta en el plazo de unas horas o días, de manera progresiva, la mayoría de veces debido a un trombo que crece lentamente y no sabemos dónde va a acabar.
- Ictus completado: se suele producir durante la noche, tumbados si hay algún coagulo que se quede atrapado. Puede ir precedido en los días previos de TIA.
En cuanto al diagnóstico, la analítica nos indica los factores de riesgo cardiovasculares como diabetes, hipertensión, tabaco, colesterol,etc.
En lo referente al tratamiento lo más importante después de un ictus es cuidar nuestro cuerpo.
- Tratamiento preventivo: controlar los factores de riesgo cardiovasculares que hemos comentado antes. Los antiagregantes plaquetarios se suelen dar si el paciente tiene riesgo y suele ser eficaces.
- Soporte vital del enfermo: mantenimiento de las funciones vitales del enfermo.
- Medidas para disminuir la extensión del infarto: control del edema cerebral, mantener tensión arterial adecuada, corregir la anemia. Se darán anticoagulantes y antiagregantes.
- Tratamiento rehabilitador: lo realizan los fisioterapeutas.
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